domingo, 10 de enero de 2010

COLOMBIANOS EN EL EXTERIOR, COLOMBIANOS POR FUERA

En este punto tenemos que hacer una distinción. Frente al poder y a los poderosos, todos los colombianos estamos por fuera. En Colombia, la exclusión es la regla. De ahí que hayamos decidido incluir en nuestra plataforma las consideraciones que anteceden, porque, en ese sentido, los colombianos en el exterior participamos de nuestra condición común. Pero no se nos olvida que, aparte de ser colombianos por fuera, somos también colombianos en el exterior, y que esa es la razón última de la presencia que tenemos en este escenario. Como tales, y antes de enumerar nuestros objetivos en el Congreso, quisiéramos hacer una consideración general.

Es cierto que nuestro trabajo debe centrarse en torno a las condiciones que enfrenta la diáspora, que muchas veces son inequitativas y difíciles. Pero también es cierto que esas condiciones comienzan en el interior del país, no sólo por la violencia que se ejerce sobre aquellos a quienes se obliga a desplazarse, sino por la ineficacia del aparato burocrático encargado de atender ese tipo de asuntos en la Cancillería. En consecuencia, no es inútil señalar que nuestro representante debe formar parte de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, y que, desde ella, debe impulsar proyectos que introduzcan reformas sustanciales al servicio exterior de Colombia, que modernicen y tecnifiquen la carrera diplomática y consular del país, y que le den a sus agentes, en cualquier rango, un carácter técnico y profesional adecuado, exigiéndoles la pericia suficiente para trabajar, con conocimiento de causa, en la ubicación y solución de las necesidades que enfrentamos quienes vivimos en el exterior.

A lo largo de años hemos comprobado que los agentes diplomáticos y consulares del país se consideran “de mejor familia” que los colombianos para quienes trabajan. Por lo general, esos funcionarios no son agentes del Estado sino del gobierno de turno, y se limitan a ser una pieza más en el ajedrez de la propaganda. Casi de manera invariable, los colombianos llegamos a las oficinas de nuestro país en el exterior, con el temor de ser maltratados. Eso debe cambiar. Los diplomáticos y cónsules del país están en la obligación de enterarse, en primer término, de los acuerdos bilaterales que regulan la vida de los nacionales en el país de que se trate, y de desarrollar estrategias para modificarlas en beneficio de esos nacionales. En su mensaje desde Viena a nuestro “colectivo de colectivos”, Aldemar Llano trae el ejemplo que necesitamos para ilustrar lo que queremos decir: “Se trata –dice él– de la doble nacionalidad. En algunos países, como Austria y Alemania, los gobiernos exigen a quienes desean tomar estas nacionalidades que renuncien a su condición de colombianos, y para tal efecto piden que dichas personas lleven un certificado del consulado colombiano donde se especifique, con firma y sello, que quien hace la solicitud ya no es colombiano, que ha renunciado a su nacionalidad. Eso es contradictorio frente a lo que dice la Constitución Política de Colombia: ‘Ningún colombiano por nacimiento podrá ser privado de su nacionalidad. La calidad de nacional colombiano no se pierde por el hecho de adquirir otra nacionalidad. Los nacionales por adopción no estarán obligados a renunciar a su nacionalidad de origen o adopción. / Quienes hayan renunciado a la nacionalidad colombiana podrán recobrarla con arreglo a la ley’. ¿Por qué acepta el estado colombiano que podamos perder nuestra nacionalidad? A los argentinos, por ejemplo, su consulado les entrega un certificado donde consta que la constitución de su país, les prohíbe renunciar a su nacionalidad por la razón que sea. Esto, me parece, es un problema grave, y es Colombia (a través del consulado), la que les retira sus cédulas de ciudadanía a nuestros nacionales, momento en el cual pierden todos sus derechos como colombianos”.

Distingamos entonces entre las acciones que se deben desarrollar en el exterior y las que se deben desarrollar en Colombia. Como es obvio, no serán las oficinas consulares y diplomáticas las encargadas de solucionar los problemas, pero sí serán ellas las que deban tramitar ante la Cancillería los acuerdos que deben proponerse para impedir cualquier tipo de discriminación contra los colombianos.

1 comentario:

  1. EXCELENTE!!. Tenemos una plataforma que realmente consigna las aspiraciones mas sentidas de los colombianos en el exterior.
    FELICITACIONES A TOD@S LAS PERSONAS QUE DE UNA U OTRA FORMA HAN CONTRIBUIDO A ESTE DOCUMENTO, PERO PRINCIPALMENTE A NUESTRO COMPAÑERO FERNANDO GARAVITO PARDO, QUIEN HA SABIDO SINTETIZAR Y ORGANIZAR TODO ESTE MAR DE IDEAS, asi se vea como un mamotreto, "mas largo que el tren de Siberia", pero tenemos que pensar, que nuestra situación de emigrantes, para la gran mayoría, es mas larga que una semana sin carne y muchas veces sin trabajo.
    FELICITACIONES FERNANDO Y AHORA NOS TOCA A TODOS NOSOTROS TRABAJAR MAS DURO EN TODOS LOS FRENTES. Tenemos que seguir haciendo el trabajo de hormiga llevándola a la raíz y como abeja polinizándo esas flores que están perdidas en el bosque de la apatía. Como MOSCAS, tenemos la obligación de dar a conocer esta plataforma a los cuatro vientos y enviarlas como brisnas lanzadas al viento y al azar.
    UN ABRAZO PARA TODOS,

    ALDEMAR LLANO ALVAREZ

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