domingo, 10 de enero de 2010

CINCO ACCIONES EN COLOMBIA

El representante de los colombianos en el exterior se interesará porque el gobierno nacional y el Congreso de la República estudien, promuevan y aprueben medidas tendientes a:

1. Diseñar y promover estrategias políticas y legislativas que ayuden a detener el desplazamiento forzoso.

2. Enriquecer, diversificar, profundizar y convertir en legislación permanente el “Estatuto del Migrante”, mediante el cual se le garantice a desplazados, exiliados y migrantes, entre otros asuntos:

a. La continuidad de los derechos laborales, sociales y de asistencia que hayan adquirido a lo largo de su vida de trabajo, sin que se suspendan por motivo de la migración los períodos acumulados para sus seguros, sus servicios de salud y su pensión de retiro;

b. El comercio preferencial de sus productos en el interior del país o en sus regiones de origen;

c. Frente al resto de licitantes o competidores, la prestación preferencial de sus servicios personales o profesionales.

3. Aclarar, precisar y reglamentar los vacíos que se presentan en la “directiva del retorno”, para que el derecho a regresar al país sea voluntario, sin coacción de ninguna especie.

4. En el caso de los colombianos que adelantan estudios en el exterior, entre otros asuntos:

a. Promover la creación de becas y de bolsas de estudio que los favorezcan según sus resultados académicos;

b. Garantizarles, mediante la creación de “Casas de Colombia” o “Colegios de Colombia”, una vivienda económica y digna en las principales ciudades de destino;

c. Facilitarles la homologación de sus títulos, tanto en Colombia como en los países de destino, mediante la eliminación de nuevos exámenes y de requisitos cumplidos en forma suficiente en cualquiera de las dos partes;

d. Desarrollar una política que promueva con acierto la repatriación de los “cerebros fugados”, de tal manera que puedan vincularse a los sectores técnicos, científicos y de investigación donde se les requiera, y donde puedan aplicar sus conocimientos.

5. Respetar la integridad de las remesas económicas o bancarias de aquellos migrantes que comprueben la necesidad de enviar dinero a sus familias, o de recibirlo de parte de ellas, eliminando cualquier tipo de gravámenes que las afecten.

En este terreno la política del Estado debe buscar que Colombia no se convierta, para los migrantes y sus familias, en un país extranjero. De ahí que sea necesario adelantar acciones que les permitan desarrollar normalmente su vida familiar y laboral en el exterior, y poner en funcionamiento los mecanismos adecuados para que, sin presión de ninguna especie, puedan regresar a sus lugares de origen con la seguridad que necesitan y en un tiempo suficiente para que ese desplazamiento no llegue a convertirse en un situación traumática e irreversible.

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